Política comercial en clave internacional

Nota de Opinión publicada el martes 24 de abril de 2012 en el suplemento Comercio Exterior, del diario La Nación. http://www.lanacion.com.ar/1467515-politica-comercial-en-clave-internacional

Opinión

Política comercial en clave internacional

No se trata de no aplicar herramientas legítimas para el comercio, sino de medir costo-beneficio y diseñar una estrategia

Por Julieta Zelicovich  | Para LA NACION

Durante la última reunión del Consejo del Comercio de Mercancías, de la Organización Mundial de Comercio el 30 de marzo, la Argentina fue el centro de los reclamos de países desarrollados y en desarrollo afectados por las medidas comerciales aplicadas en el país. Tal presentación, que no debería sorprender a muchos (debido al crecimiento en las medidas implementadas y dado que no es la primera vez que el país enfrenta reclamos similares), constituye un hito para la reflexión sobre la estrategia en clave internacional de la política comercial externa.
Desde 2005, y especialmente a partir de 2008, los aranceles a la exportación, las medidasantidumping y compensatorias, y las licencias no automáticas de importación se han convertido en la principal vía mediante la cual la Argentina define su relación comercial con el mundo.Al mismo tiempo existió también una activa diplomacia ofensiva en la búsqueda de nuevos mercados, y en la celebración de acuerdos comerciales, especialmente en el eje Sur-Sur. Sin embargo, en oportunidades, como por caso en las negociaciones para el acceso a nuevos mercados, la promoción de las exportaciones entró en contradicción con la parte defensiva de la propia política comercial externa, dejando así un rastro de inconsistencias difíciles de reconciliar.

En múltiples ocasiones las medidas implementadas no han tenido en cuenta el contexto internacional en el cual se desarrollaban, ni los objetivos planteados por la propia Argentina en materia de las negociaciones internacionales. Durante los últimos años los instrumentos utilizados para restringir las exportaciones, especialmente agrícolas, significaron costos en términos de pérdida de credibilidad de las demandas argentinas tanto en las negociaciones desarrolladas en la OMC, como en las negociaciones de libre comercio entre el Mercosur y la UE, así como en los debates en el marco de la FAO.

Las herramientas de limitación de las importaciones repercutieron aún con más peso en los vínculos bilaterales y en los organismos internacionales. Estos elementos muestran una aparente carencia de estudios estratégicos en términos de las relaciones económico-políticas-diplomáticas a la hora de decidir sobre qué sectores aplicar esas medidas.

La presentación contra la Argentina en la OMC puede inscribirse en tal análisis.

El uso intensivo de las licencias no automáticas de importación, y la implementación de los requerimientos de compensación de los flujos de comercio exterior, y de la declaración jurada anticipada de importación han suscitado un impacto directo en dicha organización, exponiendo al país a un posible panel en el Organo de solución de diferencias. Además, tales medidas están generando efectos sobre diferentes estrategias:

  • En la diversificación de mercados. La denuncia puso de manifiesto los límites de las políticas de «dos caras» respecto de países como Taiwán, Tailandia, Japón y Corea, los cuales fueron para la Argentina objeto de una gran cantidad de medidas antidumping y compensatorias desde 2009, pero a la vez integraron los destinos entre los cuales la Presidenta buscó promover nuevos mercados para las exportaciones, a través de misiones como la de la India (2009) y Asean (2010).
  • En la negociación de acuerdos comerciales de libre comercio. Las medidas mencionadas, a las que deben sumarse otras como las llamadas retenciones, además de motivar diversas presentaciones en el plano multilateral, erosionaron los esfuerzos diplomáticos argentinos por obtener mayores beneficios en el marco de las negociaciones comerciales desarrolladas entre Mercosur y UE, posibilitando que lobbies como el de la Asociación Europea de Agricultores y Cooperativas Agrícolas lograsen frenar las posibles concesiones para el acceso de productos agrícolas argentinos al Viejo continente. Si se considera la lista de los países que presentaron la declaración conjunta en OMC, contradicciones semejantes a las de la UE se dan también con Israel, con quien el Mercosur firmó un acuerdo de libre comercio, y con México, con quien está pendiente de resolución la regulación por el comercio de automóviles y autopartes.
  • En la participación activa en los foros internacionales. Las herramientas de política comercial defensiva utilizadas con intensidad han significado una pérdida de credibilidad y prestigio en los foros internacionales como la OMC o el G20, impactando negativamente en la influencia que el país pueda lograr en esos espacios.
  • En las relaciones regionales. Las vinculaciones con Brasil, Uruguay y Paraguay, así como con otros socios latinoamericanos, a los cuales los sucesivos gobiernos dieron una importancia fundamental para la inserción internacional también se han visto afectadas por las medidas. Si bien éstos no optaron por las demandas ante la OMC, si llevaron sucesivas reclamaciones diplomáticas entre los jefes de Estado y los cuadros burocráticos que han incrementado los niveles de tensión dentro del procesos de integración, y han exigido reiterados esfuerzos diplomáticos para su saneamiento.

El incremento de estos impactos, que puede explicarse, en parte, por los cambios internacionales desde 2008, obliga a revisiones en la forma en que se aplica la política comercial externa. Y es que si hasta hace poco la Argentina se beneficiaba de cierta «ventaja de la irrelevancia», esto es de poder convertirse en uno de los países con más barreras al comercio del mundo (197, según elGlobal Trade Alert ) sin afrontar prácticamente ninguna represalia en la esfera internacional; la crisis que afecta a las economías desarrolladas, ha vuelto a los gobiernos -especialmente europeos y norteamericanos- altamente sensibles a cualquier política comercial adversa a sus intereses. Frente a ello deben redoblarse los esfuerzos diplomáticos a fin de mantener el equilibrio en relaciones consideradas claves como las del Mercosur o bien ante foros que pueden acarrear mayores consecuencias, como el de la OMC.

No se trata de no aplicar herramientas legítimas para el comercio, sino de pensar una política comercial con estrategia en clave internacional. Ello significa poder ponderar los efectos esperados de cada medida sobre el sector económico afectado vis a vis los costos que la implementación de dichas medidas puedan tener en la esfera internacional, según se afecte a sectores con lobbiesmás o menos poderosos dentro de las esferas de gobierno de los países contrapartes, ahora más que antes atentos a la evolución de tales indicadores de medidas de política comercial..

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